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miércoles, septiembre 27, 2006

La ventana

“Me encantaba mirar desde esa ventana. No otra... esa. Desde allí mi vista abarcaba toda la montaña. Pensaba que cuando ocurriera, ese era el sitio donde debería estar. Siempre en verano. Por la tarde, cuando cae el sol y esa luz hace desear. No podía evitarlo. Cada día, durante un instante, mis ojos se veían atraídos por lo que anhelaba ver.
- Ha de ocurrir...- repetía para mí cada vez que contemplaba el castillo apostado en la cima.”

Un recuerdo, que con la distancia de los años, no puede retomarse desde la ingenuidad. Ya no tengo ocho años. El portalón del castillo jamás se abrirá. De su interior no saldrá ningún apuesto caballero. No recorrerá el camino que le llevará a mí, montado en su caballo blanco.
Los Príncipes Azules no existen, a no ser que seas una Princesa de Cuento...
Quizás por ese motivo me encuentro en el lado oscuro.

Las brujas jamás miramos a través de las ventanas...

8 Comments:

Blogger linmer said...

Querida Morgana, olvidas dos cosas:

1- que las brujas también pueden ser princesas.

2- que Morgana es un hada ;)

besos,

linmer

P.S.: Aunque pierdas la ingenuidad, no dejes de mirar por la ventana.

10:47 a. m.  
Blogger Morgana said...

Querido Linmer;

1- Cierto... además, ni todas las princesas son maravillosas, ni todas las brujas somos terroríficas...;)

2- La reina de las hadas, no lo olvides...

Besos malvados...

11:01 a. m.  
Blogger Wolffo said...

Ahí tenemos, como prueba de que no todas las princesas son maravillosas, a doña Leticia, de faz agria y puntiaguda, periodista de profesión y boba de espíritu.

Me adhiero al comentario, certerísimo, de linmer y, aunque signifique arriesgar, no tienes nada de bruja, estoy tan seguro...

Besos reverenciales.

10:19 a. m.  
Blogger Morgana said...

Arriesgado... sí...
No te convertiré en sapo, porque después tendría que besarte... e igual te gustaba. ;)

Gracias y achuchones Wolffo

11:39 a. m.  
Blogger Inocente82 said...

Es fantástico no tener ya 8 años, pero en el fondo, hay algo que te hace recordar aquel maravilloso año, 1990, en el que todo eran problemas fáciles de resolver; año en el que no te cansabas, de nada ni de nadie; año en el que acostumbrabas a llorar por cualquier cosa (un grito, una caida, un susto).

Lo malo es ahora, que lloras mucho menos, pero cuando lo haces, te sientes mal, estúpido, un crío, y cuando paras, los ojos, la cara, se te quedo húmeda durante horas y horas, en las que no puedes ocultar que algo te duele dentro.

(Morgana; me encanta seguir leyéndote, aquí o allá. Siento no estár más tiempo en este planeta -donde soy el último habitante- pero mi vida, en estos momentos, me obliga a llorar de vez en cuando)

4:50 p. m.  
Blogger Morgana said...

Me gusta mucho que sigas pasándote por aquí... te echamos de menos...

Seguro que tendremos "momentos" de menos lágrimas...

Un beso de hada...

7:30 p. m.  
Blogger amor amargo said...

Las brujas nunca esperan al principe,van a por él y lo agarran, no sé de q te extrañas amiga ...

Besos

11:34 a. m.  
Blogger Morgana said...

Cuanta razón tienes... y que tonta que es una!!! ;)

un abrazo

11:05 a. m.  

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