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jueves, septiembre 07, 2006

Lancelot

Nunca olvidaré el día que regresé a la Corte. Descubrí a un caballero que logró enternecer mi corazón, me enamoré perdidamente.
Tenía que poseerlo y no tardé en urdir una andanza en la que los servicios de Lancelot fueran requeridos. Mis artes mágicas hicieron el resto. Retenido contra su voluntad, pero junto a mí. Con eso me bastaba.
Pero...su corazón no era mío, pertenecía a la Reina Ginebra, esposa de Arturo.
Mis embrujos y hechizos no fueron capaces de destruir el amor que le procesaba y logró huir.
Mi corazón se consumía por el odio y el rencor.
La decepción del amor no correspondido, me llevó a descubrir publicamente la traición de Lancelot y Ginebra al Rey. Los amantes escaparon y los caballeros emprendieron contienda en busca de la consorte. Abatidos, los infames enamorados, renunciaron a su amor imposible y Ginebra regresó a Camelot.
Un anhelo de felicidad me invadió, jamás volverían a estar juntos.
Otros avatares harían que este trance quedara relegado en el desdén... pero eso es otra historia

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Os he observado desde la oscuridad y desearía empuñar mi espada para vos.

1:15 p. m.  
Blogger Morgana said...

Agradezco vuestro ofrecimiento,pero cuento con mejor Jefe de la Guardia que una dama pudiese anhelar. Y será así hasta que él desee.

1:23 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

No se si lo merecerá, pero si asi fuere, debiera sentirse orgulloso y cuidaros todavía más si cabe.

6:25 p. m.  
Blogger Morgana said...

No solo me cuida. Camina junto a mí, sin hacer mi camino. No cabe nada mejor, os lo aseguro.

10:38 a. m.  

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